viernes, 23 de enero de 2009

El otro día...


El otro día... caminaba sendero abajo, cuando mis pies decidieron pararse. No imaginé, que al girar mis pupilas hacia la parte inferior de mi organismo, me encontré con ese personaje tan extraño. Él me miró curioso, sin mediar palabra, volvió a observarme de forma concisa, supuestamente observaba la goma de mis zapatillas; centré mis pensamientos y mi atención hacia ese ser, observé cada uno de sus movimientos, analicé cada uno de sus gestos, y llegué a la conclusión, de que dicho ser venía de un mundo lejano, muy lejano. Me dispuse a emprender la marcha, cuando el ser me miró desafiante. En el fondo notaba que el ser quería que me quedará con él, pero ciertamente el tiempo me apremiaba. Al cabo de un rato reflexioné mi decisión pero el ser desapareció. Las nubes ya lo cubrian todo, el ser en si era mi sombra, intenté no pisarla y me pregunté ¿porque tenemos sombra?.

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