El título referido hace acto de presencia honorífico al amor encontrado entre dos seres de otro mundo. Donde el sol refleja destellos delirantes y reconfortantes, he aquí, como Don Isidro de Lázaro, apodado, "visagra", recogió los frutos de tal inmensa ofrenda. Neptuno no encontraba rebosar ofensivas marítimas, reconoció a Don Isidro por su porte cuarentón. Ofendiéndose ambos en direcciones proporcionalmente no coincidentes y faltos de lógica astronómica, comenzaron las batallas. Más que batallas guerras, uno ponía piedras en época de ausencia de Neptuno. Cuando Neptuno volvía, su furia desgarraba fiereza febril imparable. Don Isidro se veía superado una y otra vez, y sus ciudadanos ofuscados por la furia de tanta destrucción natural, decidieron matarlo. Neptuno resopló el día de su muerte, cientos y miles de olas rompieron con la perfección más absoluta jamás visto por estos lugares. Ahora el hotel Wella es un gran The Wedge, su pared reproduce olas continúas, allí donde se bañaba la gente, ahora unos seres con piel negra y instrumentos cortantes rebasan el egoísmo proferido por su único alcalde, Neptuno.
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