miércoles, 8 de septiembre de 2010


Albergando toda opción segura, decidí deslizarme lentamente hasta la púpila más llena de vida, que jamás mi pequeño ojo acertó a vislumbrar. Si sus cabellos rizados son tan bonitos, si sonrisa de ratoncillo mimoso es casualidad, entonces ven a por mí. Y su profunda mirada, atenta, limpia, sin resentimientos. Cuando camina me distrae, si está a mi lado toda mi atención se basa en ella, y sus líneas limpias y escrutadas al cien por cien. Todo tiene sentido en la misma proporción desiquilibrantemente equilibrada. Que opciones tienes que resistir para poder vencer a la nada. La nada es nada, lo oscuro se vuelve claro. La fuerza, el seguir, el correr, el pensar... El pensar no existe sólo es una prolongación de nuestra agitada cabeza. Agitémonos todos juntos para volver al fondo de su pupila verde llena de vida.

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