martes, 26 de octubre de 2010

En el Cementerio...



Tarde de visita para Juan Carlos Ortega. Habitual en sus visitas al cementerio donde dormida yace su querida mujer Paquita Hernández. Recogió de la floristeria unas preciosas flores con olor detectable y suave. Ese olor impregnaba de conocidos sentimientos y vivencias, recreaba en su mente momentos pasados. Sus pasos atravesaron la puerta del cementerio, en silencio, sus flores, él y sus pensamientos. Al llegar a la tumba de su esposa, depositó sus flores con tranquilidad, cuál fue su asombro, que a poca distancia un chino llamado Ji-Jun-Li, depositaba con igual exquisitez un plato de arroz. Juan Carlos se acercó y le dijo:

- ¿Porqué le pones un plato de arroz a tu mujer si no se lo va a comer?
- Cuando venga tu mujer a oler las flores, la mía vendrá a comerse el plato de arroz. Contestó Ji-Jun-li.

Ambos esbozaron una sonrisa cómplice. Decidieron pues irse juntos del cementerio y tomar una cena juntos, contándose todo aquello por lo que habían pasado. Empatía.

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