lunes, 25 de enero de 2016

El tunel del tiempo


El surf, lejos de la superficialidad marcada por los nuevos tiempos, te dota de una serie interna de peculariedades que evocan a la eterna juventud. Me explico: en 1990 con 14 años, me inicié, gracias a mi primo-hermano, en el mundo de coger olas, aquí en el Mediterráneo, donde todo o casi todo, estaba por hacer.

Ahora, a unos días de cumplir 40 años (como pasa el tiempo...). Sigo atrapado en el mundo de las olas. Con una motivación super alta, incluso cuando las olas son hiperpequeñas (tobilleras, vamos).

No he fallado ningún invierno y siempre con baños donde sacaba algo positivo pese al estado del mar. Echo la vista atrás y todas esas ganas siguen ahí de manera interminable. Es toda una sensación interna de agradecimiento a los que me rodean y a mi familia. 

Y la particularidad interna es tan profunda, que no tengo manera de acercarme al cielo y respirar el aire, ni tan siquiera de explicar aquí la movida mental, el trabajo de campo, el de comprender los elementos y aliarse a ellos. No ha sido un camino fácil ni paradisiaco. Aquí, es igual de duro que en cualquier otro lugar.

El surf en su esencia, en su pura esencia,  se encuentra en la ausencia publicitaria del mismo.

Este año, quizás, sea el último de éste blog. Dependerá de mi estado mental y el equilibrio, el seguir escribiendo en este lugar controlado por Google.

Sin más dilaciones, un saludo a todos/as que léis el blog. Si os saco una sonrisa, mi misión está cumplida.

A seguir cogiendo olas otros 25 años más.

P.D: Pocos siquiera pueden llegar a soñar con ello (Barracuda)


3 comentarios:

  1. Jolito... Gracias a ti he comprendido la escencia de este infame deporte, y no he transitado por el banal camino del sinsentido donde muchos caen, gracias por todo hermano... No dejes de escribir, tus palabras hacen que miremos de reojo a la estupides que trata de envolvernos...

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